Si tienes este disco en tus manos probablemente seas un incondicional de Los
Ganglios. Si no lo eres, me das envidia. Me das envidia porque te has perdido algo
fascinante y ahora vas a descubrirlo. Estás a punto de entrar en un nuevo universo
del que nunca podrás salir, una nueva forma de entender el arte está ante tí, cientos
de argumentos en distintos formatos que te atraparán y harán que tu vida mejore.
Dentro de nada, como nos ha pasado a muchos, estarás hablando a tus amigos de
Los Ganglios, poniéndoles sus YouTubes y compartiendo histéricamente sus hits en
tu red social favorita.
Así ha sido y así será. Los Ganglios están “condenados” a ser grandes, el boca a
boca seguirá funcionando como hasta ahora y su legión de fans crecerá, no hay
límites. Nos hallamos ante una especie en extinción: un ejemplar único de la fauna
cultural ibérica. Su poblada producción videográfica, sus incontestables galas en
directo y su rica propuesta musical no solo ha creado un lenguaje propio sino que
los ha convertido en un fenómeno contagioso que corre como la pólvora en internet.
No es casualidad que los shows de Los Ganglios sean una experiencia religiosa, una
ceremonia rabiosa llena de cánticos, brincos y cabriolas donde te encontrarás con
seres de toda forma y condición tribal: Los Ganglios son de todos, no entienden de
etiquetas.
Los fieles, entre los que me incluyo, esperamos un nuevo disco de Los Ganglios con
frenesí, como el que celebra con amigos un nuevo Gran Hermano o la nueva
temporada de su serie favorita. Acudimos en masa a crowdfundear su talento y lo
queremos tener todo: estar en la foto del interior, sacarnos el diploma y tener la
camiseta. Los Ganglios acaban de sacar “Segunda Escucha”, un arsenal de pepinos
Ganglianos de primer orden. Quizás necesites dos escuchas pero yo solo he
necesitado una para entender este nuevo greatest hits. Letras descomunales, hits
incontestables, ritmos contagiosos; el tridente ganador Gangliano vuelve a resultar
irresistible. Mientras escribo esta irremediable oda escucho “Cereales y Galletas”
compulsivamente, parezco un loco, en la oficina me miran raro. Ahora me pongo “Un
poco de cero” o “Los Arquitectos” e imagino un mundo perfecto donde Los Ganglios
suenan en radiofórmulas, luego me pongo “S.A.N.Z” y río como una hiena, me la
imagino en directo y a todos nosotros gritando como mandriles en celo y me entra
una extraña excitación. Todo este viaje mental son los efectos demoledores de Los
Ganglios, están en mis adentros y por tu bien, espero que se adueñen también de tí.
Sean todo bienvenidos al asombroso y único sub-mundo de Los Ganglios. Han
vuelto a escribir un perfecto capítulo en su irresistible historia. ¡Bravo!

Así ha sido y así será. Los Ganglios están “condenados” a ser grandes, el boca a
boca seguirá funcionando como hasta ahora y su legión de fans crecerá, no hay
límites. Nos hallamos ante una especie en extinción: un ejemplar único de la fauna
cultural ibérica. Su poblada producción videográfica, sus incontestables galas en
directo y su rica propuesta musical no solo ha creado un lenguaje propio sino que
los ha convertido en un fenómeno contagioso que corre como la pólvora en internet.
No es casualidad que los shows de Los Ganglios sean una experiencia religiosa, una
ceremonia rabiosa llena de cánticos, brincos y cabriolas donde te encontrarás con
seres de toda forma y condición tribal: Los Ganglios son de todos, no entienden de
etiquetas.
Los fieles, entre los que me incluyo, esperamos un nuevo disco de Los Ganglios con
frenesí, como el que celebra con amigos un nuevo Gran Hermano o la nueva
temporada de su serie favorita. Acudimos en masa a crowdfundear su talento y lo
queremos tener todo: estar en la foto del interior, sacarnos el diploma y tener la
camiseta. Los Ganglios acaban de sacar “Segunda Escucha”, un arsenal de pepinos
Ganglianos de primer orden. Quizás necesites dos escuchas pero yo solo he
necesitado una para entender este nuevo greatest hits. Letras descomunales, hits
incontestables, ritmos contagiosos; el tridente ganador Gangliano vuelve a resultar
irresistible. Mientras escribo esta irremediable oda escucho “Cereales y Galletas”
compulsivamente, parezco un loco, en la oficina me miran raro. Ahora me pongo “Un
poco de cero” o “Los Arquitectos” e imagino un mundo perfecto donde Los Ganglios
suenan en radiofórmulas, luego me pongo “S.A.N.Z” y río como una hiena, me la
imagino en directo y a todos nosotros gritando como mandriles en celo y me entra
una extraña excitación. Todo este viaje mental son los efectos demoledores de Los
Ganglios, están en mis adentros y por tu bien, espero que se adueñen también de tí.
Sean todo bienvenidos al asombroso y único sub-mundo de Los Ganglios. Han
vuelto a escribir un perfecto capítulo en su irresistible historia. ¡Bravo!